Desde aproximadamente una hora antes del citado acontecimiento, gran multitud de jóvenes ocupaban calles y talanqueras sin dejar hueco alguno a la espera de disfrutar de esos deseados morlacos para conmemorar la XIII Feria de Espectáculos Taurinos Tradicionales que anualmente se celebra en la localidad de Medina del Campo. El evento comenzó dando lugar a la bajada de los toros en sus cajones por el arrabal acompañados por la Banda Municipal de Música de Medina del Campo y la charanga “Los Piraos”.
El primero de los astados, de nombre Baratero, de la ganadería de Adolfo Martín, marcado con el Nº 46, de 548 kg de peso, se plantó en la zona del habitáculo de donde salió sin llegar a subir apenas unos metros de la calle, ni siquiera con la suelta de los bueyes se consiguió que este ejemplar accediera a los toriles, aguantando espectadores y aficionados una hora larga desde su anuncio. La malograda salida de este morlaco fue sufrida por un joven de Zamora al que cogió contra la talanquera causándole una herida muy seria en la pierna, tras las primeras impresiones, próxima a la zona donde estaban situados los cajones. Los asistentes se llevaron al joven en volandas calle abajo para que fuese atendido por los servicios médicos siendo trasladado al hospital para su intervención quirúrgica. Finalmente el astado tubo que ser enjaulado en el cajón de donde salió por la imposibilidad de que pudiera desplazarse hacia los corrales.
Tras mucho tiempo de espera debido a esta contrariedad del primer toro apareció el segundo ejemplar de Adolfo Martín de nombre Comadrón con el Nº 94 y de 520 kg de peso, un serio y astifino morlaco corrió hasta el coso taurino de Medina del Campo como alma que lleva el diablo.
El último de los astados de nombre Listón, un ejemplar de los hermanos Mayoral con el Nº 104 y de 574 kg de peso, cerrado de cuerna, pero enterándose de todos cuantos le llamaban, acudió a batir en las talanqueras, causando gran agitación entre los asistentes situados en la calle donde discurrió la carrera.
Finalmente se dieron suelta en la plaza al segundo ejemplar de Adolfo Martin y al astado de los hermanos Mayoral con los cuales pudieron deleitarnos gran numero de jóvenes con unos preciosos recortes.
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